¿podremos enterrar a los muertos?

Creo que en mi vida hay varias muertes que me han marcado profundamente, porque son personas cercanas y buenas las que me acompañaron y se fueron sin poder decirles adiós.
A uno lo pude enterrar, a la otra no pude, ya estaba muy lejos para poder llegar.
En ambos casos, siento su presencia día a día, me pregunto dónde están, cómo están, si me estarán mirando o incluso dormirán cuando yo duermo.
En varias oportunidades he ido caminando por la calle y los siento cerca, presente, casi hablándome al oído, y ¿no será que lo están haciendo?
De tantas experiencias y sensaciones, entonces me puse a pensar, ¿podremos enterrar a los muertos? y la verdad es que pareciera ser de una lógica básica, casi primitiva, el que sí sea necesario hacerlo para poder sobrevivir en esta vida, para avanzar todo cuanto sea posible, para fijarse en el aquí y ahora y no perderse en cavilaciones existencialistas inconducentes.
Pero el estar en comunión con estos muertos puede ser un prólogo de aquello que nos espera, de aquello que irremediablemente nos tocará vivir o en lo que nos tocará transformarnos, vaya a saber uno qué sucede después que uno se muere, pero si están aquí es por algo, porque aún les quedan cosas por hacer, compañía que entregar, o derechamente liberarse de lo que los sigue atando.
En fin, yo no sé qué haré, por ahora vivo lo que toque y está, pero seguiré pensando si debo enterrar a mis muertos queridos o que ellos vengan a enterrarme a mi.

Comentarios