I TOLD YOU


¿Cuántas veces en la vida has escuchado a alguien diciéndote "I TOLD YOU"?

La última vez que me pasó fue hace un par de tardes atrás, y quien me lo dijo fueron mis propias voces interiores, obviamente rememorando lo dicho por otras personas que me advertían acerca de los peligros de lo que hacía.

I TOLD YOU, suena horrible, como un castigo, como una penalización, como un tremendo golpe en el cuerpo que te inflinges cuando sabes que contra viento y marea y las más severas advertencias, de todos modos hiciste algo, dijiste algo, pensaste algo, y tras haberlo hecho y empezar a aparecer los efectos indeseados de dicha decisión, te castigas una y otra vez, hasta incluso quitándote lo más sagrado de la vida: el reparador sueño.

I TOLD YOU es la frase celebre de aquellos que andan por la vida tratando de remediar lo irremediable, y lo irremediable no es ni más ni menos que nosotros mismos y nuestra soberbia, nuestra absoluta carencia para entender que hay que evaluar y prevenir los riesgos que importan una decisión cualquiera y cómo nos puede afectar y desmoronar hasta dejar en las tinieblas y debacle vivencial.

Si alguna vez un amigo te dice I TOLD YOU, agacha la cabeza para que te pegue un coscorrón y luego levántala, míralo a los ojos, pídele perdón por no haberlo escuchado oportunamente o por no haberle pedido su consejo, y acto seguido, lo escuches y sigas sus sabias y gratuitas palabras.

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