PIÑERA: HIJO DEL DESASTRE

Hoy me dijeron algo muy cierto: cada vez que al presidente Piñera se la pone más pesada la pista, queda un desastre de tales magnitudes en el país que todos olvidan lo que estaba ocurriendo y por arte de magia la atención de (casi) todos los connacionales se vira y enfoca en el desastre, olvidando lo que estaba hundiendo al señor Presidente.
Ya nos pasó con el terremoto y el tsunami en febrero pasado, lo que permitió que el nuevo gobierno se mandara todo tipo de cagadas pero que en razón del desastre, todas estaban perdonadas.
Luego, a mitad del año vino la falta de reconstrucción y la caída en el crecimiento económico, y ¿qué pasó? los mineros de Copiapó, encerrados a 780 metros de profundidad, y nuevamente el Presidente se sale con la suya, logra que todos estemos pendiendo de un hilo y finalmente se logra lo impensado, se salvan todos los mineros.
Este agosto estaba quedando la escoba con los estudiantes y los trabajadores, los primeros en paro por 3 meses y fracción y los segundos aprovechándose del pánico para asegurar alguna parte del botín, y cuando más efervescencia había en el aire y más cargado estaba y fue el presidente quien convidó a los "cabros" a la Moneda a compartir un sábado por la mañana, otro desastre más: se cae un avión militar con figuras de la tele y de la reconstrucción, un cóctel emocional que ha hecho sucumbir hasta a los más fuertes, y que también ha mantenido en vilo a un pueblo completo, que incluso ha organizado romerías ad-hoc.
Si este presidente queda en la historia, lo cierto es que quizás lo haga por la forma en que está logrando zafar de cada problema que ha debido sortear, y aunque suene terrible decirlo (ya lo ha sido pensarlo), quizás el presidente Piñera justamente pase a la historia por esto.
Claramente, si en el futuro cercano se arma otra pelotera social, ufff, seguro que vendrá otro desastre más que arreglará las cosas, y espero estar confesado, como decía mi abuelita que en pase descansa hace harto rato.

Comentarios