REM (dedicado a mi hermano que vive en Bali)





Es un must de los americanos sacar libros que dicen "las 1000 canciones que debes escuchar antes de morir" o "las 1000 peliculas que debes ver antes de morir" o "los 1000 libros que debes leer antes de morir".

Además de estar en total desacuerdo con estos libros que lo único que hacen es hacer pensar y comportarse como quiere lo hagamos el editor del respectivo libro, creo que en la vida uno no se la puede pasar pensando las cosas que debe hacer antes de que llegue la parca y te lleve para su casa ni menos comprarse estos libros wevones que anulan la capacidad de critica del usuario.



En todo caso, sí que creo que en la vida hay que ser fieles a aquellas cosas que desde chico juramos que haríamos cuando pudieramos tener plata para pagarlas, tales como:
- comerse un bote de 200 grs. de cola cao
- pedirse un helado doble bañado en chocolate
- conducir una moto
- manejar un auto
- tener polola
- comprarse el Lego más cabrón de todos, el de alta complejidad.



Ya cuando se comienzan a aparecer las hormonas y los cambios de afinamiento en la voz, amén del ataque implacable de las espinillas, comienzan también a abrirse paso los gustos intelectuales tales como géneros de películas, libros, música, ropa, comida, colores, politica, mujeres, etc., etapa de comenzar a definir el rumbo.



Fue en estos avatares de la vida que mi hermano mayor me "enseñó" a escuchar un grupo gringo llamado "REM". Si mal no recuerdo el primer disco que escuché fue el Eponymous, pero la verdad es que no estoy seguro porque también escuche en la misma época el Green y el Fables of the Reconstruction (notable el tema de Exhuming McArthur).



En fin, este gusto musical aprendido me sirvió para abrir caminos en la batalla generacional con las mujeres de mi edad - léase compañeritas de colegio - y sin perjucio del abandono por parte de ellas del que fui objeto junto a mis amigos de colegio entre 7° a 2° medio, fue la música el puente que juntó dos territorios distantes y disimiles, fue REM quien con The One I love o martillando el cerebro con Stand y causando furor con Is the End of the World as We Know it (and I feel fine) supieron mantener las brechas bien acotadas y otorgarnos refugio.



Pero bueno, anoche fue lunes 03 de Noviembre, y gracias al apoyo de mi amiga Michele - quien en cierta medida al cumplir mis 34 me refrescó la memoria aerca de la importancia de REM en nuestras vidas y lo extremedamente necesario que era ir a verlos en vivo - fuimos con la Lucha, la Camila, la Mich e Ion a ver a los REM.



Más allá de los tecnicismos propios de los críticos que me tienen sin cuidado, el concierto fue como pegarse un gran polvo o comerse una comida en aquellos fancy restaurants, es decir, los sabores se van develando conforme pasan las horas después de haberse tragado todo y queda dando vueltas una sensación de placer inigualable, reponedora, excelente, es como que el pan tiene otro sabor, el café está más cargado y espumoso, la micro anda más suave, no hay tacos ni apuros, la plata es lo de menos.



Para mi REM fue eso anoche, hacer check en uno de mis sueños de pubertad, gritar que me sentía really fine con el fin del mundo, que the one I love está en el pasado pero vive en mis registros de dulces alegrías de antaño y por qué no, los que fueron ayer nos enchufamos con la frequency de Kenneth y gozamos sin parar.

Comentarios

Juan dijo…
Evitare la palabra env... en este post. Notable la descripcion. Que nostalgia. Y parece que me morire sin haberlos visto y mis hermanos menores ya lo hicieron. Yo queria ser como Michael Stipe, queria ser pelado, flaco.Queria el mundo para mi. yo qieria cantar como el, yo queria memorizarme todas sus letras, saberme todos sus albumes, ver los documentales en Athens. En fin. Besos