BARAK OBAMA
Haciendo el clásico zapping por la tele luego de comer, me encontré con que CNN transmitía en vivo y directo la aceptación de la candidatura de Barak Obama para presidente.
Emocionante de principio a fin, lleno de fuerza y de misticismo, con un mensaje de esperanza y energía que no he visto por estos lados, de una simpleza potente y llamativa, con coraje y arrojo.
Su discurso fue una verdadera invitación para todos los norteamericanos que creen que su país es la raja, que llevan 8 años esperando un cambio que poco y nada les ha dejado, que vitoreaban cada palabra, cada gesto, cada silencio de su candidato afroamericano, que movían la stars and stripes por lo alto y abogaban por el cambio.
Esto último es lo que promete Barak Obama, cambio, simple y claro, preciso y conciso.
Me resultó por lo menos inquietante que un candidato de una superpotencia se haya fijado en los males modernos y haya buscado en ellos la respuesta a las interrogantes que todo ciudadano tiene o puede tener.
Qué más claro y preciso decir que el valor de una nación no es privilegio de unos pocos sino que es un patrimonio de todos, que más conciso que decir que los padres de familia han de estar presentes en casa, qué más potente que invitar a las gentes a hacer el esfuerzo de mirarse hacia dentro y darse cuenta que el cambio parte por casa.
En fin, fueron 40 minutos de alta potencia, de alto compromiso, de entrega, de sueños y esperanzas para un país golpeado por la arrogancia y extranjeros idiotas que fueron capaces de abusar del sistema de un modo tal que hicieron que todo cambiara botando dos torres en una ciudad que ha sido ícono del sueño de un país.
Ojalá en Chile haya alguien que quiera cambiar las cosas, que no se deje manosear por las malas prácticas a que nos han tenido acostumbrados un grupo de jóvenes soñadores que cuando llegaron al poder comenzaron a repetir y obrar con los mismos vicios que sus próceres. Me da lo mismo si ese personaje es de derechas o de izquierdas, en serio que me da lo mismo, pero necesitamos a una persona que nos motive, que nos haga sentir por más de dos horas que estamos para cosas grandes, que no estamos solos, que se pueden hacer muchos cambios con tal de creerse el cuento y confiar, que todo está en pensar como conjunto y no como individuos.
Haciendo el clásico zapping por la tele luego de comer, me encontré con que CNN transmitía en vivo y directo la aceptación de la candidatura de Barak Obama para presidente.
Emocionante de principio a fin, lleno de fuerza y de misticismo, con un mensaje de esperanza y energía que no he visto por estos lados, de una simpleza potente y llamativa, con coraje y arrojo.
Su discurso fue una verdadera invitación para todos los norteamericanos que creen que su país es la raja, que llevan 8 años esperando un cambio que poco y nada les ha dejado, que vitoreaban cada palabra, cada gesto, cada silencio de su candidato afroamericano, que movían la stars and stripes por lo alto y abogaban por el cambio.
Esto último es lo que promete Barak Obama, cambio, simple y claro, preciso y conciso.
Me resultó por lo menos inquietante que un candidato de una superpotencia se haya fijado en los males modernos y haya buscado en ellos la respuesta a las interrogantes que todo ciudadano tiene o puede tener.
Qué más claro y preciso decir que el valor de una nación no es privilegio de unos pocos sino que es un patrimonio de todos, que más conciso que decir que los padres de familia han de estar presentes en casa, qué más potente que invitar a las gentes a hacer el esfuerzo de mirarse hacia dentro y darse cuenta que el cambio parte por casa.
En fin, fueron 40 minutos de alta potencia, de alto compromiso, de entrega, de sueños y esperanzas para un país golpeado por la arrogancia y extranjeros idiotas que fueron capaces de abusar del sistema de un modo tal que hicieron que todo cambiara botando dos torres en una ciudad que ha sido ícono del sueño de un país.
Ojalá en Chile haya alguien que quiera cambiar las cosas, que no se deje manosear por las malas prácticas a que nos han tenido acostumbrados un grupo de jóvenes soñadores que cuando llegaron al poder comenzaron a repetir y obrar con los mismos vicios que sus próceres. Me da lo mismo si ese personaje es de derechas o de izquierdas, en serio que me da lo mismo, pero necesitamos a una persona que nos motive, que nos haga sentir por más de dos horas que estamos para cosas grandes, que no estamos solos, que se pueden hacer muchos cambios con tal de creerse el cuento y confiar, que todo está en pensar como conjunto y no como individuos.
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