A MI QUERIDA MUSICA:
Querida Música, tu dulzura es como una dolce melodía para mis oídos.
Ya imagino a tu madre pensando y re pensando qué nombre te pondría mientras te esperó por largos 9 meses.
Tú madre supo ad initio que serías distinta, supo desde sus visceras que serías famosa, que harías cosas grandes, que serías capaz de llegar a la portada de LUN, que desafiarías a todo el stablishment, desde rojos a ultra azules, jovenes a viejos, llenarías paginas y editoriales de cuanto periodico haya.
Y naciste en cuna sencilla, sin grandes adornos, sin grandes lujos, creciste en democracia, no fuiste testisgo ni de los militares a las puertas del metro, ni de las marchas, ni de las torturas, ni de la pelea del No contra del Si, ni del boinazo, los pinocheques, el cambio de mando del 90, las reformas a la Constitución del 80 ni nada de lo que dicen tu madre protestó por.
En ti se fue gravando el germen de la participación ciudadana, y a tus dulces 14 años fuiste capaz de crear una melodía única, la de la jarra de agua, y nada te importó, cual director que se enfrenta a su más importante hazaña, cojiste la jarra de agua cual director de orquesta se coloca frente a su orquesta, abriste la partitura, miraste al infinito y comenzaste a bailar por la partitura.
Cada movimiento, cada acorde, cada entrada y salida de instrumentos marcaste con precisión, y lograste cautivar a un pueblo entero.
Pero como todo genio musical, fuiste incomprendida, y ahora debes enfrentar los excesos que la publicidad trae consigo.
Quiera Dios que tanta exposisión no te enferme el alma y te permita caminar por el sendero del ciudadano educado y respetuoso de la civilidad.
Tu gesto, mi querida Música, ha hecho que muchos pensemos en la magnitud de tu obrar y descubramos en tu cara de adolescente la rabia y el desdén de una sociedad que poco cree en sus niños y que sigue anclada a las reglas y cánones clásicos.
A ti mi querida Música, mis sinceros respetos.
Querida Música, tu dulzura es como una dolce melodía para mis oídos.
Ya imagino a tu madre pensando y re pensando qué nombre te pondría mientras te esperó por largos 9 meses.
Tú madre supo ad initio que serías distinta, supo desde sus visceras que serías famosa, que harías cosas grandes, que serías capaz de llegar a la portada de LUN, que desafiarías a todo el stablishment, desde rojos a ultra azules, jovenes a viejos, llenarías paginas y editoriales de cuanto periodico haya.
Y naciste en cuna sencilla, sin grandes adornos, sin grandes lujos, creciste en democracia, no fuiste testisgo ni de los militares a las puertas del metro, ni de las marchas, ni de las torturas, ni de la pelea del No contra del Si, ni del boinazo, los pinocheques, el cambio de mando del 90, las reformas a la Constitución del 80 ni nada de lo que dicen tu madre protestó por.
En ti se fue gravando el germen de la participación ciudadana, y a tus dulces 14 años fuiste capaz de crear una melodía única, la de la jarra de agua, y nada te importó, cual director que se enfrenta a su más importante hazaña, cojiste la jarra de agua cual director de orquesta se coloca frente a su orquesta, abriste la partitura, miraste al infinito y comenzaste a bailar por la partitura.
Cada movimiento, cada acorde, cada entrada y salida de instrumentos marcaste con precisión, y lograste cautivar a un pueblo entero.
Pero como todo genio musical, fuiste incomprendida, y ahora debes enfrentar los excesos que la publicidad trae consigo.
Quiera Dios que tanta exposisión no te enferme el alma y te permita caminar por el sendero del ciudadano educado y respetuoso de la civilidad.
Tu gesto, mi querida Música, ha hecho que muchos pensemos en la magnitud de tu obrar y descubramos en tu cara de adolescente la rabia y el desdén de una sociedad que poco cree en sus niños y que sigue anclada a las reglas y cánones clásicos.
A ti mi querida Música, mis sinceros respetos.
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