ME LA LLEVO
Hace un par de dias la Lucha circulaba a eso de las 9.30 de la noche por avenida Escrivá de Balaguer rumbo al oriente cuando a la altura de Americo Vespucio debió detenerse por estar el semáforo en rojo.
En tales circunstancias fue que intempestivamente explotó el vidrio del lado del copiloto de nuestro auto e instatáneamente metió medio cuerpo en el interior del auto un ciudadano que mirándola a los ojos le dijo "me la llevo" y le arrebató su cartera que se encontraba en su falda.
Además de las pérdidas materiales y los desgraciados trámites por realizar, el shock del robo con sorpresa, premeditación y escalamiento surtió efectos, y mi querida señora difícilmente concilió algo de sueño esa noche, recordando una y otra vez la cara de este intrépido malandrín.
Los pacos se portaron como siempre lo hacen al tratarse de labores administrativas: anodinos. Le sugirieron no hacer denuncia por que la iban a citar a la Fiscalía, pero nada, ella se negó por que no por su flojera nos seguiremos engañando con que los índices de violencia no son tan elevados como quieren hacernos creer.
En efecto, para demostrar lo anterior les puedo comentar que en un lapso de 4 semanas en mi circulo más cercano se han verificado otros 2 robos y 1 hurto, los primeros obviamente con fuerza en las cosas y causando grandes pérdidas y el segundo por montos en dinero inimaginables.
¿Qué hacemos con el tema de los robos, la violencia, los delitos?
Una opción es seguir confiando en quienes se supone saben o deben saber cómo hacer para resolver este puzzle;
Otra opción es armarse como cowboys, con revólveres y pistolas, metralletas para los más osados, granadas de mano para los con complejo de rambo o arcos y flechas para los que se creen Robin Hood.
Pero en el interín, a mi señora no se le olvidará la cara del malhechor pero él sí se olvidará de la cara de mi señora. A mi señora le rondará este fantasma un par de días, pero al malhechor no le rondarán ni siquiera los fantasmas de las cárceles porque ya le perdió el respeto incluso al hecho de perder la libertad.
Hace un par de dias la Lucha circulaba a eso de las 9.30 de la noche por avenida Escrivá de Balaguer rumbo al oriente cuando a la altura de Americo Vespucio debió detenerse por estar el semáforo en rojo.
En tales circunstancias fue que intempestivamente explotó el vidrio del lado del copiloto de nuestro auto e instatáneamente metió medio cuerpo en el interior del auto un ciudadano que mirándola a los ojos le dijo "me la llevo" y le arrebató su cartera que se encontraba en su falda.
Además de las pérdidas materiales y los desgraciados trámites por realizar, el shock del robo con sorpresa, premeditación y escalamiento surtió efectos, y mi querida señora difícilmente concilió algo de sueño esa noche, recordando una y otra vez la cara de este intrépido malandrín.
Los pacos se portaron como siempre lo hacen al tratarse de labores administrativas: anodinos. Le sugirieron no hacer denuncia por que la iban a citar a la Fiscalía, pero nada, ella se negó por que no por su flojera nos seguiremos engañando con que los índices de violencia no son tan elevados como quieren hacernos creer.
En efecto, para demostrar lo anterior les puedo comentar que en un lapso de 4 semanas en mi circulo más cercano se han verificado otros 2 robos y 1 hurto, los primeros obviamente con fuerza en las cosas y causando grandes pérdidas y el segundo por montos en dinero inimaginables.
¿Qué hacemos con el tema de los robos, la violencia, los delitos?
Una opción es seguir confiando en quienes se supone saben o deben saber cómo hacer para resolver este puzzle;
Otra opción es armarse como cowboys, con revólveres y pistolas, metralletas para los más osados, granadas de mano para los con complejo de rambo o arcos y flechas para los que se creen Robin Hood.
Pero en el interín, a mi señora no se le olvidará la cara del malhechor pero él sí se olvidará de la cara de mi señora. A mi señora le rondará este fantasma un par de días, pero al malhechor no le rondarán ni siquiera los fantasmas de las cárceles porque ya le perdió el respeto incluso al hecho de perder la libertad.
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