Cómo evitar ser inglés y no desfallecer en el momento.

Vengo volviendo para Chile (estoy en Madrid ahora, cagado de calor) desde Inglaterra y me pasé un par de dias donde los Thomas, gente educada, simpática, normal, de buen , no, muy buen vivir, muy generosos con el forastero y grandes consumidores de alcohol.
Lo cierto es que estuve de invitado por dos días en su casa, mano en el bolsillo a decir verdad, sin más obligaciones que dar las gracias, compartir el tea time y la tele y los noticieros, no fumar en las premises de la casa y ya está.
Así las cosas, y como he comenzado a perder la concentración cuando tomo, lo cierto es que ayer viernes fuimos a un local de comida nepalesa cerca de la casa de los Thomas (ojo, un local en un pueblo llamado Greyshot, en la mitad de nada) y todo comenzó muy bien pues las cervezas estaban guenas guenas (se llamaban Gurkas y eran de 1/2 litro - la recomiendo), heladitas, el local 100% lleno y el picoteo muy indi.
El problema fue que la comida demoró más de lo tolerable - vamos, nos dieron los apetizers a las 8.15 pero eran las 9.00 y la comida ni asomaba. Un poco pasado y ya en la segunda ronda de cervezas, hice presente mi exasperación, asomando la idea de quejarse por la tardanza. La madre de la familia, doña Penny (mujer encantadora, como toda madre, de buen trato y sumamente cortés y gentil) me puso cara de "don't do dear doing that!! (no te atrevas a hacer eso, para los que no hablan en idioma anglo), pero ya era tarde, mis neuronas cuajaron inadecuadamente con mis tripas, llamé a un mozo y le dije "sorry, but we've been waiting for our main courses for more than 35 minutes, would you be so kind to bring us something to eat because we are starbing?" (en chileno: perdone usted, llevamos más media hora esperando los platos por lo que seria tan amable de traernos algo para picar en el interin?). Uf, el mozo se deshizo en explicaciones, me pidió paciencia y que esperaramos 5 minutos más.
Luego de mi entervención, la que pretendo no juzgar en estos momentos, Tony - el anfitrión - nada dijo, doña Penny se ruborizó y me hizo incapié que esto no se hace en UK, que las cosas no andan así. Oliver, el retoño, solo reía y me felicitaba.
Cumplido el 7° minuto, llegaron los platos, bueno y ni tan caro, he estado en lugares mejores y no necesariamente nepaleses (además que era lo mismo que un indú).

Conclusión:
Shame on me, la verdad que sí, pero es que hay algo que nos distingue de los británicos y es el asco que nos da tanta etiqueta y modales y formas. Si las cosas no andan, a la mierda, a hacerlo presente y está.
De todos modos, lo más intersante de este ejercicio resulta ser detenerse en las reacciones de la familia: el padre, calladito, la madre, avergonzada, el retoño, cagado de la risa.
Linda la gueá, el sudaca gueón, cagándola.

P.D: debo hacer presente que la cuenta no la pagué yo, por lo que más me averguenzo de lo que hice.

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