La supresión del Alma

Dependiendo del lugar y particulares circuunstancias de la vida, no es descabellado ni menos imposible pensar que de vez en cuando podemos darnos el lujo de surpimir el alma. Sí, tal cual suena, es completamente posible hacerlo: basta con anularse.

En razón que he comenzado a ponerle más atención a mi espíritu y a mis sueños en el último tiempo, me he descubierto anulándome en forma contumaz, casi suicida, solo permitiendo que el trabajo en la oficina y en casa me completen la existencia, causándome un auto abandono de aquellos a los que en cierta medida me he acostumbrado a vivir.

Pero, ¿porqué estoy hablando de la supresión del alma?

La verdad es que cada vez me convenso más y más que la sociedad actual, además de ser consumista y autómata, es bipolar en el más amplio de los sentidos, tanto así que por un lado encuentras quienes bogan por la iluminación del espíritu y la santidad hasta aquellos que apelan por la anulación, la renuncia al propio ser para ser parte de un todo.

Da risa, mucha risa asumir que estas cosas funcionan así entre nosotros, más todavía cuando se asemeja al comportamiento de los adolescentes en pleno apogeo de su etapa de crecimiento: todos en grupos, asociados por intereses musicales/tendencias/estilos/clases, identificados por patrones comunes, hablando las mismas cosas, moviéndose igual que un cardúmen de jureles que atraviesa el mar.

Vaya entonces cuan compleja es la existencia humana, y la propia para qué decir. De todos modos solo reirse de la estupidez propia ayuda a mejorar el espíritu y quizás, sanarlo (¿qué será de aquellos pacientes que han seguido tratamientos de riso terapia?)

Comentarios

Juan dijo…
No suprima mas su alma. Mas bien exprimala