Vamos volviendo

"Vamos volviendo", me dijeron al oído luego de una cálida tarde de descanso y ensoñamiento mientras yacía tirado sobre la arena de una playa perdida en el norte, con un silencio de aquellos que solo se quiebra por la monotonía del sonido que producen las olas al golpear la playa.
"Vamos volviendo", y me quedé pensando en lo vivido hasta ese minuto, y no es que fuera un arranque de madurez que te obliga a hacerte un revisión o repaso de la vida, de lo que he hecho, de lo que no hice, de lo que me arrepiento, de lo que me enorgullezco, de lo que tengo, perdí, quiero recuperar, quiero retener, quiero olvidar. No, no se trata de eso sino de comenzar a repasar por qué llegué a esa playa, por qué me tendí toda una tarde, por qué me dejé arrastrar hasta ese lugar y quedarme donde estaba.
"Vamos volviendo", me repitieron al oido, y ahora entendí qué hacía acá, por qué en un playa, por qué en el mar rompiendo contra la playa, por qué el mar subía y bajaba, por qué sentía la boca seca y las manos heladas, por qué me costaba abrir los ojos y recuperar el ritmo de la respiración.

Vamos volviendo a escribir en este blog que dejé botado por 6 meses desde la última que escribí y que según recuerdo, lo hice creyendo que sería la última vez.

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