Volviendo al inicio
Hace casi un año que terminé el master, hace casi un año que ese sueño se había casi completado, y ahora me pongo en rumbo a cerrar el sueño vivido: la graduación.
Gracias a las fuerzas del destino, de los ángeles de la guarda que me cuidan y quieren y a una vida maravillosa, heme aquí, en las europas, en Barcelona para ser más preciso, gozando del sol y del calor del estío español, recorriendo calles y lugares nuevos, revisitando a don Cristóbal Colón al final de la Rambla, habiendo pasado una loca aventura con la Fura des Baus, comiendo caracoles de tierra, lengua, criadillas, escalibadas, tortilla, ajos y cebollas, ternero y entrecot, patatas bravas y queso manchego, tomando vino a pedir de boca y cerveza para matar el calor.
Han sido dias felices, llenos de energía y cariño, de muchísima conversación, ofrecimiento de nuevos caminos y de espabilarse de una vez por todas.
Así pues, vuelvo al inicio desde el lugar que me vio nacer, del lugar que me vio crecer y dar mis primeros pasos para luego irme a la ciudad que vio nacer a uno de mis hijos, que me enseñó el valor de la amistad, de la familia, del esfuerzo, de las penas y alegrías, que le enseñó a mi hija a hablar el inglés y la fórzó a hacer cosas que quizás en mi vida difícilmente me perdone, pero que ya me agradecerá cuando entre en lugares donde deba ganarse su espacio.
Y así me dirijo a terminar uno de mis grandes sueños, para luego dar paso a uno nuevo que aún no sé qué será pero intuyo que lo será más potente que el que está por acabar.
Hace casi un año que terminé el master, hace casi un año que ese sueño se había casi completado, y ahora me pongo en rumbo a cerrar el sueño vivido: la graduación.
Gracias a las fuerzas del destino, de los ángeles de la guarda que me cuidan y quieren y a una vida maravillosa, heme aquí, en las europas, en Barcelona para ser más preciso, gozando del sol y del calor del estío español, recorriendo calles y lugares nuevos, revisitando a don Cristóbal Colón al final de la Rambla, habiendo pasado una loca aventura con la Fura des Baus, comiendo caracoles de tierra, lengua, criadillas, escalibadas, tortilla, ajos y cebollas, ternero y entrecot, patatas bravas y queso manchego, tomando vino a pedir de boca y cerveza para matar el calor.
Han sido dias felices, llenos de energía y cariño, de muchísima conversación, ofrecimiento de nuevos caminos y de espabilarse de una vez por todas.
Así pues, vuelvo al inicio desde el lugar que me vio nacer, del lugar que me vio crecer y dar mis primeros pasos para luego irme a la ciudad que vio nacer a uno de mis hijos, que me enseñó el valor de la amistad, de la familia, del esfuerzo, de las penas y alegrías, que le enseñó a mi hija a hablar el inglés y la fórzó a hacer cosas que quizás en mi vida difícilmente me perdone, pero que ya me agradecerá cuando entre en lugares donde deba ganarse su espacio.
Y así me dirijo a terminar uno de mis grandes sueños, para luego dar paso a uno nuevo que aún no sé qué será pero intuyo que lo será más potente que el que está por acabar.
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